jueves, 26 de julio de 2012

Prueba Uno

Llegará un día en que tendremos que lamentar no haber sido más libres, más fuertes y más enamorados. Cuando no quede nada que defender. Cuando sólo las estatuas de sal anden entre las ruinas de lo que fuimos.

Hoy, 20 años después de aquel invierno de 1973, cuando lleno de pasión escribí y canté la Verdiblanca, me encuentro otra vez con mi pueblo, con las viejas heridas de siempre, con su collar de corazones rotos, de horizontes perdidos sin golondrinas ni balcones.

Hoy, 20 años después, han desertado las estrellas de los sueños. Y la aventura de vivir y la utopía anida en las prisiones de la soledad. Hemos perdido el espíritu cívico, la solidaridad y la vergüenza. Estamos corrompidos por la crueldad, el egoísmo y el silencio. No tenemos capacidad de reacción y contentos con nuestros señores, somos una bicoca para el poder de turno. Años servidores.

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